Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte.
Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se pueden reunir
todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor
están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"...
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo.
Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto.
Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Ni apareces]
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte.
Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se pueden reunir
todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor
están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"...
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo.
Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto.
Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines
[Y puede ser que yo misma esté cavando mi propia tumba. ¿Y tú?
Si se acaba el mundo, aún sigo esperando en otra vida, alma mía, curarme de ti.
A ver, a ver... por qué nunca hablamos de esto? Muñe, nos debemos una buena plática!
ResponderEliminarSi lo habré recitado como mantra...
ResponderEliminar:)
Abrazo!
¿Por qué eres tan encantadora? A ver, dime por qué :)
ResponderEliminarQué bello que te acuerdes del chiapaneco querido, bella. Este poema me cala hondo, como pocos.
Recibe todo mi amor y mucha luz desde Siberia :D
El amor amado, su fuego y sus rescoldos.
ResponderEliminarReavivar un fuego siempre fue más sencillo que prenderlo.
Saludos afectuosos, que no amorosos.
;)
(A ver cuando te decides a pasarme el enlace a tu tumblr.)
Sigo esperando curarme... :(
ResponderEliminarA Quien Pueda Interesar…
ResponderEliminarTaller Literario Personal.
Pronto !
Gracias a todos por pasar...
ResponderEliminarTiempo al tiempo :]