miércoles, 20 de abril de 2011

Apenas y a penas

Pensó 
                ojalá que no 
pero esta vez acaso sea la última.


Con el deseo más tierno que otras noches 
tentó las piernas de la mujer nueva 
  que afortunadamente no eran de carrara 
posó toda su palma sobre la hierbabuena
   y sintió que su mano agradecía 
viajó moroso y sabio por el vientre 
   se conmovió con valles y colinas 
se demoró en el flanco y su hondonada
   que siempre era su premio bienvenido 
anduvo por los pechos eligiendo al azar
   y allí se quedó un rato descifrando 
con el pulgar y el índice reconoció los labios
   que afortunadamente no eran de coral
y deslizó una mano por debajo del cuello
   que afortunadamente no eran de alabastro.


Pensó 
                ojalá que no 
pero puede ser la última.


Y si después de todo
es la última vez.


Entonces cómo           cómo haré mañana
de dónde sacaré la fuerza y el olvido 
para tomar distancia de esta orografía
de esta comarca en paz
de esta patria ganada
apenas y a penas 
a tiempo y a dulzura 
a ráfagas de amor.



Mario Benedetti.



7 comentarios:

  1. Una buena ráfaga de amor ando necesitando.

    Queremos tanto a Mario.

    :)

    Abrazo!

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  2. De mis favoritos de nuestro Mario.

    Y, por cierto, que mi Valiente es alguien con quien tengo una relación de lo más extraña; pero es el hombre de mio vida (claro que esto él no lo sabe, o sería el ecatombe). La cosa es que nos frecuentamos por un tiempo y después nos alejamos. El uno del otro, sin más explicaciones. Ya sabes que, a veces, no son necesarias.
    Lo quiero, me quiere. Pero no podemos estar mucho tiempo juntos. Jajaja, qué de cosas tiene el amor, ¿no?


    ¡Mucha luz, hermosa!

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  3. Escarbo en mi voz palabras que me liberen
    pero no logro huir de esto que soy,
    existo porque otro me hace existir
    y no puedo nombrarlo.
    Soy yo quien le pertenece.
    Cuánta de su ausencia llena la mía?

    De sus ojos se descuelga la lluvia
    que me distorsiona
    y de cualquier manera esparce un amor inútil
    por los baches de mi tiempo
    —ebrio, sombrío, quebrantado—
    y hace de mi corazón humo
    agua
    graznido solitario.

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  4. Nada pasa, querida. Ese es el problema con el amor.

    Lo quise, ¿me quiso? A veces creo que sí y es un pobre consuelo.

    Gracias por tus palabras y abrazos en mi blog.

    :)

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